El próximo 10 de enero, fecha en la que debe juramentarse ante la Asamblea Nacional quien ejercerá como presidente de Venezuela hasta enero de 2031, constituye un nuevo hito o referente en torno al cual se centran la atención y expectativas.
El doctor Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, expresa que la gente debate en la calle sobre lo que sucederá o lo que debería suceder, en un ambiente en el que la mayoría se niega a renunciar y la esperanza se abre camino entre el miedo y la frustración.
Destaca que este escenario sucedió con dos fechas previas: el 22 de octubre de 2023, con la elección primaria de la Unidad Democrática y el 28 de julio de 2024 con la elección presidencial.
El abogado y catedrático universitario considera que la realidad es que el final de un conflicto no se sentencia, así como tampoco puede resolverse evadiéndolo mediante el adelanto de la Navidad o de las siguientes elecciones.
"Si bien el conflicto político venezolano vuelve a estar hoy en una fase de estancamiento, y mantener un conflicto estancado solo funciona, temporalmente, para quien se beneficia del statu quo, está aún lejos de ser resuelto. Un conflicto como el venezolano solo puede resolverse mediante un arbitraje que goce de legitimidad para todas las partes o por un acuerdo que pasará siempre por el reconocimiento de los resultados electorales".
La gente tiene miedo después de la brutal represión vivida durante los días posteriores a la elección del 28J, el resentimiento y la indignación colectiva no son sentimientos que se superen con facilidad, sino que, por el contrario, suelen mantenerse agazapados hasta que las sociedades encuentran mecanismos para canalizarlos.
"El gobierno ha demostrado, sin lugar a duda, que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantenerse en el poder, pero ante el escenario actual tampoco hay duda de la incertidumbre sobre su sostenibilidad, por los costos en que se debe incurrir para ello, eso está cada día más presente entre la élite oficialista y los actores que le sostienen".
Como suele suceder a menudo con quienes detentan el poder, intentará imponerse por la fuerza, aunque algunos parecen olvidar que el uso de la fuerza genera, por lo general, un proceso de acción y reacción que se traduce en una escalada, con pausas que pueden ser más o menos largas, que obligan al gobierno a estar siempre alerta y lo hace extremadamente dependiente de la disposición incondicional de sus tropas, policías o milicias para mantenerlo por la fuerza.
"En otras palabras, la estabilidad del gobierno depende hoy de la disposición de unos venezolanos a perseguir, apresar, herir y matar a otros venezolanos por demostrar su desacuerdo con un resultado electoral oficial sobre el cual persisten las dudas, no solo porque no les guste el gobierno o el resultado oficial, sino porque el Consejo Nacional Electoral continúa hasta hoy sin demostrar unos resultados distintos a las exhibidos por las actas mostradas por la oposición dentro y fuera de Venezuela".
Los dos escenarios socio políticos del país se mantienen vigentes: transición democrática o conflicto, considerando que no puede confundirse nunca el estancamiento con la resolución de un conflicto.
"A partir del 10 de enero 2025, cuando el país se reactivará tras el receso navideño, y podría pasarse de la actual etapa de estancamiento, funcional a los intereses de la cúpula gubernamental, a una nueva escalada en la que la incertidumbre será la regla, no solo para el movimiento democrático, que insistirá en hacer respetar los resultados electorales que defienden, sino para un gobierno que depende de una alianza cívico-militar-policial, porque la cívico-militar ya le resulta insuficiente".
Esta alianza que se enfrentará a un enorme dilema entre sostener al gobierno, por las buenas o por las malas, o retornar a la neutralidad institucional establecida en la Constitución, para dejar que lo político se resuelva, como lo exige la comunidad internacional democrática, por mecanismos legítimos, como lo sería una auditoría imparcial sobre el resultado de la elección presidencial, expresa el doctor Alarcón, especializado en análisis de escenarios políticos.
Alirio Laclé Chirino.
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